lunes, 19 de octubre de 2020

Reseña sobre el libro “Documentales III”, de Rolando Revagliatti, por Luis Benítez

 


“Documentales III”, amplia visión de la literatura argentina contemporánea

 

Por Luis Benítez

 

El pasado septiembre Ediciones Richeliú, de Buenos Aires, sumó el tercer tomo de su serie “Documentales: Entrevistas a escritores argentinos”, un aporte al mejor conocimiento de los escritores y poetas de esta nacionalidad que se encuentran concretando sus obras en la actualidad. Cabe subrayar que, como las anteriores entregas, esta se encuentra disponible de modo gratuito –se trata de una edición electrónica- en el link de referencia (1).

El recorte de opiniones y detalles de la producción de cada autor —como en las entregas anteriores— fue realizado mediante entrevistas por correo electrónico y estuvo a cargo de Rolando Revagliatti, gestor de una vasta obra poética, narrativa y dramática, ya traducida al francés, catalán, italiano, maltés, esperanto, alemán, asturiano, portugués, inglés, neerlandés, rumano, búlgaro, ruso y bengalí, y difundidas en gran número de medios, tanto gráficos como digitales.

En este tercer volumen Revagliatti compila 25 entrevistas publicadas entre enero y agosto de 2016 en numerosos medios digitales y gráficos. Los reportajes incluyen a los autores argentinos: Ricardo Rojas Ayrala (seudónimo de Ricardo Horacio Gutiérrez, Buenos Aires, 1963); Marta Ortiz (Rosario, 1948); Carlos Aprea (La Plata, 1955); Anahí Lazzaroni (La Plata, 1957); David Birenbaum (Montevideo, 1964, reside en la Argentina desde su infancia); Adrián Sánchez (Buenos Aires, 1970); Juan Carlos Moisés (Sarmiento, provincia de Chubut, 1954); Elizabeth Molver (Haedo, 1969); Eugenio Mandrini (Buenos Aires, 1936); Sandra Cornejo (La Plata, 1962); Carlos Enrique Berbeglia (Villa Mercedes, provincia de San Luis, 1944); Santiago Espel (Buenos Aires, 1960); Hugo Toscadaray (Buenos Aires, 1957); Marina Kohon (Mar del Plata, 1965); Roberto Cignoni (Buenos Aires, 1953); Victoria Lovell (Rosario, 1956); Orlando Van Bredam (Villa San Marcial, provincia de Entre Ríos, 1952); Ricardo Costa (Buenos Aires, 1958); Susana Macció (Buenos Aires, 1959); Raúl O. Artola (Las Flores, provincia de Buenos Aires, 1947); Claudio Portiglia (Junín, provincia de Buenos Aires, 1957); Guillermo E. Pilía (La Plata, 1958); Luis Bacigalupo (Buenos Aires, 1958); Nilda Barba (Buenos Aires, 1949) y Marta Cwielong (Longchamps, provincia de Buenos Aires, 1952).

 


 

Debemos destacar el buen recibimiento que ya han tenido los dos tomos anteriores de esta serie de entrevistas a escritores argentinos y que, descontamos, también se repetirá en el caso del que nos ocupa. Sin duda, “Documentales: Entrevistas a escritores argentinos. Tomo III” es un notable aporte al mayor conocimiento de las opiniones y posturas estéticas de los autores entrevistados, pero además se caracteriza por la amplia y clara exposición de pareceres y tendencias de cada uno de ellos. Las preguntas formuladas por Rolando Revagliatti, con evidente sentido investigativo, posibilitan que el reporteado abarque con sus respuestas un dilatado abanico de tópicas. Sin descuidar el pormenor biográfico, cada entrevista se dirige a conocer aspectos referidos a la generación literaria de pertenencia, los movimientos literarios que han generado la adhesión o el rechazo de cada uno de los escritores incluidos, así como su tránsito a través del suceder social y político en que desarrolló su obra. Asimismo, cada autor brinda claves de su abordaje de la creación y la relación que esta mantiene con el conjunto.  Enriquece este panorama la elección realizada por Rolando Revagliatti de autoras y autores de diferentes edades, especialidades y trayectorias, logrando el conjunto bosquejar un paisaje variopinto de la actualidad literaria argentina.

El criterio empleado para la factura del volumen, de 460 páginas, resulta de interés tanto para el lector académico como para aquellos que quieren iniciarse en el conocimiento de las opiniones y vivencias que ofrecen los escritores argentinos del presente.

La muy cuidada edición de “Documentales: Entrevistas a escritores argentinos Tomo III” se debe al profesionalismo y la alta creatividad de la diseñadora argentina Patricia Boero, que han dotado al objeto virtual de las peculiaridades más adecuadas para una grata lectura, al tiempo que de una sobria estética en su elaboración.

(1) http://revagliatti.com/documentalesIII/DOCUMENTALES%20III-%20Revagliatti.pdf

martes, 6 de octubre de 2020

Liliana Díaz Mindurry, escritora argentina, es entrevistada por Rolando Revagliatti

 

Entrevista por Rolando Revagliatti

 

En Cuestión: Un Cuestionario

De Pablo Neruda y de Frida Kahlo me atraen más sus avatares que sus obras

 

L

iliana Díaz Mindurry nació el 28 de junio de 1953 en Buenos Aires, ciudad donde reside, capital de la República Argentina. Es abogada, egresada de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Su obra fue traducida al inglés, alemán, francés, griego y portugués. Entre las distinciones que ha recibido destacamos la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores en 1989 y 1992; el Primer Premio Embajada de Grecia e Instituto Griego de Cultura por el poemario Paraíso en tinieblas, en 1990; el Primer Premio Municipal de Buenos Aires Bienio 1990-1991 de cuento por La estancia del sur; el Premio Centro Cultural de México Concurso Juan Rulfo de cuento, en 1993; el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes, en 1994; el Premio Planeta de Novela 1998 por Pequeña música nocturna. Libros publicados: en el género cuentos, Buenos Aires, ciudad de la magia y de la muerte, La estancia del sur, En el fin de las palabras, Retratos de infelices, Último tango en Malos Ayres; en el género poesía, Sinfonía en llamas, Paraíso en tinieblas, Hamlet en la azotea, Wonderland, Resplandor final, Cazadores en la nieve, Guernica, Poesía completa; en el género ensayo, La voz múltiple y otros textos (una mirada sobre obras y autores), La maldición de la literatura; en el género novela: La resurrección de Zegreus, A cierta hora, La dicha, Perro ladrando a la luna, Lo extraño, Lo indecible, Pequeña música nocturna, Summertime, Hace miedo aquí, El que lee mis palabras está inventándolas, Cita en la espesura.

1: ¿Cuál fue tu primer acto de «creación», a qué edad, de qué se trataba?

LDM: No recuerdo el primero, pero de muy chica escribía un diario lleno de mentiras conscientes y había hecho una traducción infantil de Les fleurs du mal para un cumpleaños de mi padre. A los once me había iniciado en poemas muy breves.

2: ¿Cómo te llevás con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?

LDM: La simple lluvia no me gusta nada. La tormenta es otra cosa: recuerdo una tormenta que vi en Asunción desde un hotel de arriba de la ciudad y me resultó fascinante desde la ventana. Era una cortina de agua con un cielo cargado de relámpagos. Me producía tanto temor como felicidad: había una sensación de catástrofe. Me gusta la ciudad de Toledo a la luz de la tormenta por El Greco. Pero que no me encuentre a la intemperie.

En cuanto a la sangre, es posible que le tenga algo que linda entre el terror y el asco.

Odio la idea de velocidad como eficacia. Suena a capitalismo, a cosas burdas, mal hechas. La lentitud es sensual. Solo me gustan las respuestas veloces de ciertos ironistas naturales.

A quién le gustan las contrariedades: a un masoquista. No lo soy.

3: «En este rincón» el romántico concepto de la «inspiración»; y «en este otro rincón», por ejemplo, William Faulkner y su «He oído hablar de ella, pero nunca la he visto». ¿Tus consideraciones?…

LDM: Como diría Picasso, que la inspiración nos encuentre trabajando.

4: ¿De qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?

LDM: De Pablo Neruda. De Frida Kahlo. Y no me interesan sus obras.

5: ¿Lemas, chascarrillos, refranes, proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?

LDM: La poesía no se vende porque la poesía no se vende. Pero no me gustan los refranes: se me suele escapar ése y cuando me doy cuenta me arrepiento por la vulgaridad.

6: ¿Qué obras artísticas te han —cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has quedado, seguís quedando, en estado de perplejidad?

LDM: Muchos poetas me han estremecido; ahora me acuerdo de Jorge García Sabal y lo rescato porque pocos lo conocen. De qué sirve nombrar famosos.

La buena poesía siempre produce perplejidad.

7: ¿Tendrás por allí alguna situación irrisoria de la que hayas sido más o menos protagonista y que nos quieras contar?

LDM: Tantas: el mundo es irrisorio por donde se lo mire.

8: ¿Qué te promueve la noción de «posteridad»?

LDM: Pienso en cementerios.

9: «¿La rutina te aplasta?». ¿Qué rutinas te aplastan?

LDM: La rutina del lugar común y de lo transitado en la escritura.

10: ¿Para vos, Un estilo perfecto es una limitación perfecta, como sostuvo el escritor y periodista español Corpus Barga? Y siguió: «…un estilo es una manera y un amaneramiento».

LDM: No sé qué es un estilo perfecto. Es siempre un modo de escribir, una voz, una individualidad. Un amaneramiento será en algún caso, no siempre.

11: ¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te despiertan algún grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan instantáneamente?

LDM: La injusticia unida a la estupidez. Me harta la literatura al servicio del mercado, la cursilería, el oportunismo.

12: ¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías con nosotros?

LDM: La azotea de mi casa de la infancia: allí iba a pensar o a llorar.

13: ¿En los universos de qué artistas te agradaría perderte (o encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?

LDM: Querría haber acompañado a Dante, a Eneas o a Ulises en los viajes de ultratumba.

14: El silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las sorpresas, la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te resultan? ¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio, orientación o sentido?

LDM: Amo el silencio, me llevo bien con la oscuridad, las sorpresas me gustan en los textos, la desolación en los desiertos, el fervor en la lectura de mis favoritos, la intemperancia en ningún momento. Los gestos, para trabajarlos en una novela donde se quiere sugerir lo contrario de lo que dicen los personajes.

15: ¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?

LDM: Demasiados. Resumo: Miguel de Cervantes.

16: ¿Qué apreciaciones no apreciás? ¿Qué imprecisiones preferís?…

LMD: Lo polisémico del poema deriva de una imprecisión o ambigüedad que, a su vez, paradojalmente es lo preciso y lo lúcido del poema: sus abismos de sentido.

17: ¿Viste que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora o valora poco, y que en otros casos valora a personas que no quiere? ¿Esto te perturba, te entristece? ¿Cómo «lo resolvés»?

LDM: Yo no quiero a personas que no valoro. Si quiero es que valoro. Si te referís a lo meramente literario, podría suceder, pero no me sucede tanto. Sí puedo valorar del punto de vista literario a poetas o escritores que en lo afectivo me son desagradables.  No me perturba.

18: ¿El mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango Cambalache?

LDM: No me gusta lo muy enfático. Todo es en un sentido sí y en otro no, para mi visión. Paradojal, digamos.

19: Por la fidelidad y entrega a una causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los tiempos y de todos los ámbitos) te asombran?

LDM: Sólo me asombra Gandhi.

20: ¿Qué te hace «reír a mandíbula batiente»?

LDM: Partes de El Quijote y fragmentos de La hora de la estrella de Clarice Lispector. Seguramente mucho más, pero ellos me vienen en primer lugar. Algo de Oliverio Girondo también.

21: ¿Cómo afrontás lo que sea que te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos o metas, lejos de lo que para vos constituya un ideal?

LDM: Me entristece.

22: El amor, la contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando con esos tópicos?

LDM: De todo eso que me nombrás me llevo bien con la contemplación. El amor mezcla sufrimiento y placer, así que me llevo de forma cambiante. Tengo un lado místico, pero no religioso. El dinero me interesa solo para lo necesario, no me obsesiona y soy lamentablemente escéptica en lo político, tema que me preocupa.

23: ¿A qué obras artísticas —espectáculos coreográficos, filmes, esculturas, música, pinturas, literatura, propuestas teatrales o arquitectónicas, etc.— calificarías de «insufribles»?

LDM: Hay una gran cantidad de espectáculos insufribles. Como le decía Virgilio a Dante: Non ragioniam di lor, ma guarda e passa.

24: ¿Qué calle, qué recorrido de calles, qué pequeña zona transitada en tu infancia o en tu adolescencia recordás con mayor nostalgia o cariño, y por qué?…

LDM: El Largo do Boticário, en Río de Janeiro, descubierto en mi infancia y siempre inolvidable.

25: ¿Cómo reordenarías esta serie?: La visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste. Digamos que un reordenamiento, o dos. Y hasta podrías intentar, por ejemplo, una microficción.

LDM: No escribo microficciones sino muy raramente y de esa lista solo me interesan el bosque, la ceremonia, la danza, el sacrificio y la visión.

26: Donde mueren las palabras es el título de un filme de 1946, dirigido por Hugo Fregonese y protagonizado por Enrique Muiño. ¿Dónde mueren las palabras?…

LDM: Uno de mis primeros libros de relatos se llama En el fin de las palabras. Lo indecible, el éxtasis determina esa muerte.

27: ¿Podés disfrutar de obras de artistas con los que te adviertas en las antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?

LDM: Para mí la buena literatura, la buena poesía es amoral y lo ideológico es una discusión fuera del arte.

28: ¿Cómo te cae, cómo procesás la decepción (o lo que corresponda) que te infiere la persona que te promete algo que a vos te interesa —y hasta podría ser que no lo hubieras solicitado—, y luego no sólo no cumple, sino que jamás alude a la promesa?

LDM: La decepción es la moneda diaria. Es raro que alguien no haya vivido eso cientos de veces. A esta altura de mi vida me sirve para descartar gente, y no me daña demasiado. Cuando uno es joven no lo puede soportar.

29: No concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admirás?

LDM: En general, a filósofos y pensadores como Platón, Kierkegaard, Heidegger, Nietzsche. También a Kant, aunque es árido de leer. Figuras como Sócrates y Jesucristo. Los que dieron giros al pensamiento: Galileo, Marx y Freud.

30: ¿Tus pasiones te pertenecen o sos de tus pasiones? Pasiones y entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general, distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?

LDM: La pasión es una violencia maravillada. El entusiasmo (entheos: en Dios) es necesario para crear.

31: ¿Qué artistas estimás que han sido alabados desmesuradamente?

LDM: César Aira y Osvaldo Lamborghini, para hablar de escritores de nuestro país.

32: ¿Acordarías, o algo así, con que es, efectivamente, El amor, asimétrico por naturaleza, tal como leemos en el poema “Cielito lindo” de Luisa Futoransky?

LDM: No. El amor es misterio indefinible.

33: ¿El amanecer, la franca mañana, el mediodía, la hora de la siesta, el crepúsculo vespertino, la noche plena o la madrugada?

LDM: El amanecer para la belleza, la mañana para la alegría, la tarde para la tranquilidad, el crepúsculo para la meditación, la noche para el amor y la creación.  Suprimo mediodía y siesta.

34: ¿Qué dos o tres o cuatro «reuniones cumbres» integradas por artistas de todos los tiempos y de todas las artes nos propondrías?

LDM:  Platón, Dante, Cervantes, Shakespeare, Juan Sebastian Bach, Ígor Stravinski, Astor Piazzola, Francisco de Goya, Vincent Van Gogh, Kandinsky, Beckett, Kafka, Thomas Bernhard, Borges, Juan José Saer, Andréi Tarkovski, para delirar un poco.

35: Seas o no ajedrecista: ¿qué partida estás jugando ahora?…

LDM: Siempre, como en El séptimo sello de Ingmar Bergman, uno juega contra la muerte.

 

Liliana Díaz Mindurry

 

🔹🔷🔹

 

(Cuestionario respondido a través del correo electrónico: en la ciudad de Buenos Aires, Liliana Díaz Mindurry y Rolando Revagliatti, septiembre de 2020).

lunes, 5 de octubre de 2020

Nuevo material - Poesía de Ana Romano






Ana Romano nació el 1 de febrero de 1944 en la capital de la provincia de Córdoba,

La Argentina, y reside desde la infancia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Poemas suyos han sido traducidos al portugués, italiano, francés, húngaro y catalán.

Es profesora de Francés. Tradujo a dicho idioma el volumen “Breve anthologie” de

Luis Raúl Calvo (Ediciones L`Harmattan, París, Francia, 2012), el poemario “Behering

y otros poemas” de Luis Benitez y textos del libro “Tomavistas” de Rolando Revagliatti

(difundidos en la Red). Poemarios publicados: “De los insolentes fantasmas” (Ediciones Vela al

Viento, 2010), “Expiación del antifaz” (Ediciones La Luna Que, 2014), y “Zumbido

de guirnaldas” (Ediciones La Luna Que, 2016).

Documentales: entrevistas a escritores argentinos, por Rolando Revagliatti

 

 

Información

 

 

Se encuentran disponibles gratuitamente para ser leídas, impresas o incorporadas a bibliotecas virtuales, las ediciones electrónicas en PDF y en versión FLIP (Libro Flash) del tercer tomo de "Documentales. Entrevistas a escritores argentinos" de Rolando Revagliatti.

 

Hemos agregado enlaces de ida y vuelta desde el índice a las entrevistas y viceversa para una navegación más cómoda por el documento.

 

Diseño integral y diagramación: Patricia L. Boero.

Volumen conformado por la entrevistas realizadas a los escritores Ricardo Rojas Ayrala, Marta Ortiz, Carlos Aprea, Anahí Lazzaroni, David Birenbaum, Adrián Sánchez, Juan Carlos Moisés, Eugenio Mandrini, Sandra Cornejo, Carlos Enrique Berbeglia, Santiago Espel, Hugo Toscadaray, Marina Kohon, Roberto Cignoni, Victoria Lovell, Orlando Van Bredam, Ricardo Costa, Susana Macció, Raúl O. Artola, Claudio Portiglia, Guillermo E. Pilía, Luis Bacigalupo, Nilda Barba y Marta Cwielong.

 

Puede descargarse en





La poeta argentina Cristina Mendiry es entrevistada por Rolando Revagliatti

Cristina Mendiry responde “En cuestión: un cuestionario” de Rolando Revagliatti 

 

“Propondría una ‘reunión cumbre’ de poetas del universo exterior”


Cristina Mendiry nació el 2 de enero de 1957 en la ciudad de Pilar, donde reside, provincia de Buenos Aires, la Argentina. Es geógrafa, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ejerció, en su ciudad, la docencia secundaria durante 42 años. Concurrió a los Talleres Literarios de Estudio y Creación de Enrique Blanchard desde 1984 hasta 1999. Participó del primer grupo de escritores, sucursal pilarense de la Sociedad Argentina de Escritores, seccional Norte, en 1989. Integra desde 2014 el Grupo de Autores Locales de Pilar. Obtuvo premios y menciones en el Salón Provincial del Poema Ilustrado, en Luján, provincia de Buenos Aires, junto a la artista plástica Brígida Manzanares, en 1985 y 1988. Colaboró, entre 1984 y 1989, con la Revista “Maldoror”, así como, con poesía y ensayos, con la Revista “La Avispa”, entre 2000 y 2014 (y, en su última etapa, como Secretaria de Redacción). Publicó los libros “La historia del tratado” (1997) y “La historia de la Escuela Técnica n° 1 de Pilar” (2010). Participó en los volúmenes “Los libros del libro. Sobre la obra de Enrique Blanchard” (1992), “Ciencias Sociales para 7° E. G. B.” (2003) y “Vademécum” (2015). Poemarios publicados: “Castillos circenses” (1984), “Recurso de especie” (1989) y “Lucía Vermehren no ha muerto” (1993).


1: ¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se trataba?

CM: Era 1966, casi septiembre. Estaba en tercer grado de la Escuela Primaria. Escribí una poesía de verso libre. Tenía 9 años. Quería homenajear a la primavera. Después ya no pude dejar de escribir.


2: ¿Cómo te llevás con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?

CM: Los torbellinos me pintan. Me arrebatan. Me camuflan. Me corroen. Me destrozan. Me tiemblan. Me alientan. Me iluminan. Me inspiran. Me vuelcan. Me tardan. Me adelantan. Me sublevan. Me lloran. Me sonríen.


3: “En este rincón” el romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro rincón”, por ejemplo, William Faulkner y su “He oído hablar de ella, pero nunca la he visto.” ¿Tus consideraciones?...

CM: Lo que muchos llaman inspiración, es sólo una idea. Una información cuasi- mediúmnica que se apodera de nosotros y no se detiene hasta que la complacemos.
Luego viene “todo aquello de la transpiración y los altos porcentajes de la misma”prudentemente incomprobables.


4: ¿De qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?

CM: Pablo Neruda y Osvaldo Bayer. El perfil socio político cultural de ambos excede al de sus obras, en mi opinión.


5: ¿Lemas, chascarrillos, refranes, proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?

CM: “Si peleas con monstruos demasiado tiempo, corres el riesgo de convertirte en uno de ellos.”


6: ¿Qué obras artísticas te han —cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has quedado, seguís quedando, en estado de perplejidad?

CM: Trilce”, de César Vallejo.
“Ídolo de niebla”, de Enrique Blanchard.
“Correction”, de Thomas Bernhard.
 La inteligencia, el misterio y la magia en su máximo esplendor.


7: ¿Tendrás por allí alguna situación irrisoria de la que hayas sido más o menos protagonista y que nos quieras contar?

CM: En la presentación de mi libro “Lucía Vermehren no ha muerto”, pautada para el 29 de octubre de 1993, en la Sala de Representantes de “La Manzana de las Luces” —como constaba en las invitaciones y las publicaciones respectivas— hubo una modificación inesperada. Noche de lluvia, todos con impermeables como detectives de novela negra, fuimos derivados sin previo aviso a la Sala Leopoldo Torre Nilsson. Obvio, mi libro era una composición de poesía policial de ese film que él dirigiera: “El crimen de Oribe”. Torre Nilsson se llevó lo suyo para su guarida. Su espíritu estuvo en mí allí. Todos sentimos lo mismo. Y nos reímos mucho al respecto.


8: ¿Qué te promueve la noción de “posteridad”?

CM: Lejanía. Un futuro indeterminado, inespecífico, desconocido, inentendible.
Pero pocas veces, honorifico.


9: “¿La rutina te aplasta?” ¿Qué rutinas te aplastan?

CM: Los relojes blandos se derriten en los cuadros de Salvador Dalí. Los vence la rutina en cualquiera de sus formas. Se desmayan de tanto esperar. Se diluyen. La espera, agota.


10: ¿Para vos, “Un estilo perfecto es una limitación perfecta”, como sostuvo el escritor y periodista español Corpus Barga? Y siguió: “…un estilo es una manera y un amaneramiento”.

CM: Un estilo, más bien es una percepción del arte, y la manifestación de la misma. La perfección es un horizonte inalcanzable. Una utopía.


11: ¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te despiertan algún grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan instantáneamente?

CM: La crueldad, el abuso y el maltrato me indignan, quebrando mi corazón.
Me violenta la injusticia. Sobre todo, cuando recae en aquellos más vulnerables.
Lo que me harta instantáneamente, es la soberbia y la desconsideración.


12: ¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías con nosotros?

CM: Una niña creando diálogos y guiones en sus juegos. Y una adolescente justiciera y soñadora.


13: ¿En los universos de qué artistas te agradaría perderte (o encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?

CM: Alfred Hitchcock, sin ninguna duda, en “Vértigo” o “La sombra de una duda”.
Edgard Allan Poe, en “La caída de la Casa Usher”.
William Shakespeare, en “La tempestad”.


14: El silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las sorpresas, la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te resultan? ¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio, orientación o sentido?

CM: El silencio de la oscuridad nos aturde.
El fervor de la intemperancia se reduce a la desolación.
La gravitación de los gestos se restringe a las orillas.
Las sorpresas denudan en silencios.


15: ¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?

CM: Federico Manuel Peralta Ramos. Eduardo Sanguinetti.


16: ¿Qué apreciaciones no apreciás? ¿Qué imprecisiones preferís?...

CM: Aquellas cuestiones que derivan en una rígida y limitada estructura no aportan inteligencia al arte ni a la sociedad.
Las imprecisiones generan malas decisiones. No prefiero ninguna.


17: ¿Viste que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora o valora poco, y que en otros casos valora a personas que no quiere? ¿Esto te perturba, te entristece? ¿Cómo “lo resolvés”?

CM: No me sucede. A los que valoro, los quiero. Y a los que no valoro, no los quiero.


18: ¿El mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”?

CM: El mundo es maravilloso, como cantaba Satchmo.
En mi opinión, Discépolo tenía una visión ultra pesimista o una vida muy cruel.
Los humanos son los que hacen las cosas mal, en un alto porcentaje.


19: Por la fidelidad y entrega a una causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los tiempos y de todos los ámbitos) te asombran?

CM: Mahatma Gandhi.


20: ¿Qué te hace “reír a mandíbula batiente”?

CM: Les Luthiers.


21: ¿Cómo afrontás lo que sea que te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos o metas, lejos de lo que para vos constituya un ideal?

CM: “Lejos de los ideales, todo es confuso.
Todo es futuro fugaz,
pasado, vacío y turbio.
Todo es oculto, todo inseguro,
todo postrero, polvo sin mundo.
Lejos de los ideales, todo es oscuro.”

(parafraseando a Miguel Hernández)


22: El amor, la contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando con esos tópicos?

CM: Sin amor no hay contemplación posible para ningún ser, ni para el dinero ni la religión ni la política.


23: ¿A qué obras artísticas —espectáculos coreográficos, films, esculturas, música, pinturas, literatura, propuestas teatrales o arquitectónicas, etc.— calificarías de “insufribles”?

CM: A todo lo kitsch, a lo bizarro (lo raro) y a las pinturas de Florencio Molina Campos.


24: ¿Qué calle, qué recorrido de calles, qué pequeña zona transitada en tu infancia o en tu adolescencia recordás con mayor nostalgia o cariño, y por qué?...

CM: La costanera de Mar del Plata. Caminar mirando el mar, con viento, sol, frio, lluvia, un paseo repetido e impostergable en cualquier época y cualquier horario. Siempre mágico.


25: ¿Cómo reordenarías esta serie?: “La visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. Digamos que un reordenamiento, o dos. Y hasta podrías intentar, por ejemplo, una microficción.

CM: La ceremonia de la danza
La visión de un bosque
La autenticidad del sacrificio
El pensamiento de la muerte
La ciudad en miniatura
El desajuste del azar
El sufrimiento de la lengua

La ceremonia de la muerte en miniatura
La visión de un bosque en una ciudad
La autenticidad del azar de la lengua
El sufrimiento del desajuste del pensamiento
La danza del sacrificio


“La danza del sacrificio, en la ceremonia de la muerte en miniatura, crea una visión de un bosque en una ciudad. Sin la autenticidad del desajuste de la lengua que muere en el sufrimiento del azar del pensamiento.”


26: “Donde mueren las palabras” es el título de un filme de 1946, dirigido por Hugo Fregonese y protagonizado por Enrique Muiño. ¿Dónde mueren las palabras?...

CM: Las palabras viven hasta en el silencio y en el olvido.


27: ¿Podés disfrutar de obras de artistas con los que te adviertas en las antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?

CM: La obra de cualquier artista tiene vida propia. Si la obra es buena, será apreciada. Siempre rescato la obra. No tiene la culpa de quién la pudo haber creado.


28: ¿Cómo te cae, cómo procesás la decepción (o lo que corresponda) que te infiere la persona que te promete algo que a vos te interesa —y hasta podría ser que no lo hubieras solicitado—, y luego no sólo no cumple, sino que jamás alude a la promesa?

CM: El olvido es una cualidad muy común de los seres humanos.


29: No concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admirás?

CM: A los voluntarios. Todas esas personas que desinteresadamente llevan adelante infinidad de actividades.


30: ¿Tus pasiones te pertenecen o sos de tus pasiones? Pasiones y entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general, distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?

CM: Pasiones y entusiasmos, eternos y cambiantes.


31: ¿Qué artistas estimás que han sido alabados desmesuradamente?

CM: No sé si soy autoridad competente para decretar la desmesurada alabanza.


32: ¿Acordarías, o algo así, con que es, efectivamente, “El amor, asimétrico por naturaleza”, tal como leemos en el poema “Cielito lindo” de Luisa Futoransky?

CM: El Amor, tal vez sea un “vis à vis” que no pretende la simetría ni la electrocución.
Los humanos suelen generar falsas esperanzas sobre el otro, llegando a la obsesión. Quizás algunos lo consideren una asimetría. Podría ser también un logaritmo, entonces.


33: ¿El amanecer, la franca mañana, el mediodía, la hora de la siesta, el crepúsculo vespertino, la noche plena o la madrugada?

CM: El crepúsculo vespertino tiene la magia mayor. Comienzan a delinearse las sombras. Sobre todo, en las rutas y los campos, que al mismo tiempo empiezan a iluminarse temerosamente.
El amanecer despeja las dudas y los temores.
Y la noche plena nos envuelve con las totales certidumbres serviciales a la hora de impregnarnos en la magia.


34: ¿Qué dos o tres o cuatro “reuniones cumbres” integradas por artistas de todos los tiempos y de todas las artes nos propondrías?

CM: Reunión cumbre de poetas del universo exterior.


35: Seas o no ajedrecista: ¿qué partida estás jugando ahora?...

CM: Sobrevivir a la pandemia.


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Cuestionario respondido a través del correo electrónico: en las ciudades de Pilar y Buenos Aires, distantes entre sí unos 60 kilómetros, Cristina Mendiry y Rolando Revagliatti, julio 2020.

Edición: Edilberto González Trejos