lunes, 18 de marzo de 2013

Poemas de Job Villarreal Lizárraga


Poemas de Job Villarreal Lizárraga


(a la vejez)

Es cierto,
nos configuramos y somos uno.
Nos gusta lo que somos en el otro
cara a cara con el tiempo que nos pasa
bajo los hombros.

La verdad
condescendiente tenue irrefutable.

Convencidos por primera vez,
con la muerte a cuestas
la belleza ahogada en un vaso,
que hemos sido el otro todos estos años.
Por que el amor es un engaño que seduce,
invitación eterna que sólo nos dura la vida.

Nos hemos estado muriendo
en la broma de nuestros cuerpos
y el lado flojo del sexo.

Borroso niña, todo es borroso,
es malo pensar que siempre fuimos viejos.



(al hermano indigente)

Yo, al que benefició  el  azar,
al que abriga el seno enorme de una familia,
quiero reconocer tu dolor.
Si tan solo cargara una pequeña porción
de la sombra que llevas a cuestas,
mi cuerpo sería mancillado por el ruidoso paso de las estaciones,
no hubiera periódico mas grande
para cubrir las heridas de mi alma.

Te quiero decir
que escucho tu ausencia,
las calles tienen una garganta que nunca deja de crecer
y en el vacío de la soledad se consume el que la oye.

Te veo pasar con el dolor permanente de una muerte.
Alguien se ha ido,  te ha dado la espalda.
Un padre se te ha ido hermano.
Te dejó en la infancia en el traspatio,
te olvidó en el supermercado
y has tenido que buscarte un camino,
trazar en la voz del extraño.




Compañero del mundo
siento una lágrima trascurrir
desde mis cómodos adentros.
Tú que llevas las ropas rasgadas del alma,
que oyes la noche como ningún otro,
te pido perdón,
si solo mi mano pudiera sostenerte,
pero entonces viene el temor
el mundo ha hecho de nosotros una carnicería,
las calles un matadero,
y tu has aprendido bien el oficio de la daga
la realidad del montón de nervios que somos.

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